Korin Reid sabía sobre la resistencia a los antibióticos desde que era pequeña. Desde los siete años, recuerda haber leído sobre eso en uno de los libros de sus padres, así que cuando contrajo su primera infección resistente a los antibióticos (una infección bacteriana que algunos antibióticos no pueden tratar), “estaba un poco molesta”, dijo Korin, científica de datos y directora ejecutiva de Ellison Laboratories. “He tenido mucho cuidado de no tomar antibióticos cuando no los necesito”.
Korin es una de los 2,8 millones de personas que contraen una infección resistente a los antibióticos cada año en Estados Unidos. La resistencia a los antimicrobianos (RAM), que incluye resistencia a gérmenes resistentes a antibióticos, antimicóticos, antivirales y antiparasitarios, está causando que estos medicamentos ya no sean efectivos en la lucha contra ciertas infecciones y es una de las 10 principales amenazas para la salud pública mundial según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Afecta a todas las personas en todas partes”, dijo la Dra. Debra Goff, PharmD, especialista en enfermedades infecciosas y una de los 25 expertos mundiales designados para el Programa de administración de antimicrobianos de la OMS. Todos, incluyendo los proveedores de atención médica y los pacientes, tienen un papel en el estado global de la RAM. “Es un problema social”, dijo la Dra. Goff.
Los antimicrobianos han salvado millones de vidas, pero su uso frecuente y generalizado ha estimulado la evolución de microorganismos resistentes, tales como bacterias, virus, hongos y parásitos. Según la OMS, los antimicrobianos son cada vez menos eficaces.
“Los antimicrobianos son medicamentos que salvan vidas cuando se usan de manera apropiada”, dijo la Dra. Goff, pero a veces se recetan innecesariamente, con la dosis incorrecta o por un período demasiado prolongado. “Todas esas cosas juntas, sin importar qué componente se aplique erróneamente, contribuyen a la resistencia a los antibióticos”, explicó la Dra. Goff. Según los Centros para el control y la prevención de enfermedades, el 30% de los antibióticos recetados en entornos ambulatorios y hospitalarios son innecesarios.
Los pacientes también pueden contribuir con la RAM. Incluso si han contraído una enfermedad viral como la gripe o un resfriado, algunos pacientes presionan a los médicos para que prescriban antibióticos, que solo tratan las infecciones bacterianas. “Ellos presionan a los médicos para que receten antibióticos porque la impresión general es que los antibióticos son seguros y curan todo”, dijo la Dra. Goff. “Es realmente un problema complejo: los consumidores presionan a los médicos y los médicos recetan antibióticos de manera inapropiada por razones innecesarias”.
La RAM es un problema especialmente urgente en muchos países de bajos y medianos ingresos donde las personas pueden comprar antimicrobianos sin receta. En India, por ejemplo, la escasez de médicos dificulta la obtención de recetas de antibióticos. “No hay suficientes médicos para el volumen poblacional, por lo que, si las recetas fueran un requisito, la gente podría morir”, dijo la Dra. Goff. Pero esto también significa que las personas pueden auto diagnosticarse y tratarse a sí mismas, posiblemente tomando antimicrobianos que no son necesarios o durante un período de tiempo demasiado largo, lo que posteriormente incrementa la RAM.
La pandemia de Covid-19 agravó aún más el problema de la RAM. Al comienzo de la pandemia, los médicos comúnmente administraban antibióticos a los pacientes para tratar síntomas similares a los de la neumonía o a los de posibles infecciones bacterianas que podrían haber ocurrido junto con Covid-19. En países donde los antibióticos son medicamentos de venta libre, las personas compraron y tomaron estos medicamentos con la esperanza de protegerse del Covid-19.
“La [cantidad] de antibióticos utilizados en todo el mundo debido a Covid ha aumentado, es así como se crea más resistencia a los antibióticos: se expone a más y más personas a los antibióticos”, dijo la Dra. Goff.
Tanto los pacientes como quien prescribe los medicamentos pueden tener un papel activo en la lucha contra el uso excesivo de antimicrobianos. Por el lado de la atención médica, la comunidad galena ha creado programas de administración de RAM para hospitales. “Los programas están diseñados para garantizar que se administre el antibiótico correcto al paciente correcto, para la indicación correcta, con la dosis correcta, y durante un período adecuado de tiempo”, dijo la Dra. Goff, quien cofundó el programa de administración de antibacterianos en su institución, The Ohio State Wexner Medical Center.
Los CDC describen los elementos de los programas de administración de antibióticos para los hospitales de Estados Unidos; que incluyen el seguimiento de la prescripción de antibióticos y los resultados de los pacientes; notificaciones de información sobre el uso y la resistencia de los antibióticos; y educación para los proveedores de atención médica sobre la resistencia a los antibióticos, las prácticas de prescripción y los efectos adversos de los antibióticos en los pacientes.
Para los proveedores de atención médica, los cambios para combatir la RAM también incluyen una práctica llamada prescripción diferida. Si un paciente solicita un antibiótico cuando tiene síntomas de una enfermedad viral, el proveedor puede recetar un antibiótico, pero diciéndole al paciente que espere unos días para abastecerse del medicamente recetado. Los proveedores pueden comunicarle al paciente que, si bien sus síntomas sugieren una infección viral, si sus síntomas empeoran, eso podría ser un signo de una infección bacteriana, para la cual sería apropiado un antibiótico. Los proveedores también deben explicar los daños de tomar antibióticos innecesarios, tales como contribuir con la RAM o los efectos secundarios comunes, tales como diarrea o náuseas.
Los proveedores de servicios médicos también pueden administrar a los pacientes el tratamiento más corto posible de antibióticos. Investigaciones recientes han demostrado que para enfermedades en las que los médicos suelen recetar antibióticos durante una semana o diez días, un curso más corto puede ser igual de eficaz. Por ejemplo, un ciclo de siete días de antibióticos para la neumonía podría acortarse a cinco días con los mismos resultados.
Los pacientes también pueden evitar que la RAM empeore. “Los pacientes nunca deben presionar a su médico por un antibiótico”, dijo la dra. Goff. Si se prescribe un antimicrobiano, los pacientes pueden pedirle a su proveedor más información al respecto, por qué se prescribe y si la prescripción es necesaria. Los pacientes también deben seguir las indicaciones de sus médicos cuando les receten antibióticos.
Si bien los pacientes y los proveedores pueden tomar medidas para combatir la RAM, también pueden trabajar para prevenir infecciones. Soluciones simples como la higiene adecuada de las manos pueden prevenir la propagación de enfermedades. Los médicos deben lavarse las manos antes de examinar a un paciente. Sin embargo, los CDC estiman que los proveedores de atención médica se lavan las manos aproximadamente la mitad de veces de lo que deberían y les aconseja a los pacientes que pregunten a los proveedores de servicios médicos: “Antes de comenzar el examen, ¿le importaría lavarse las manos nuevamente?”
Las vacunas son otra herramienta importante. Evitan que las personas desarrollen enfermedades que puedan requerir antimicrobianos y reducen la cantidad de patógenos resistentes en circulación. Las vacunas neumocócicas conjugadas tienen como objetivo las cepas bacterianas resistentes a los antibióticos, y los programas de vacunación infantil han reducido la circulación de estas cepas en la población de Estados Unidos. “Las vacunas funcionan para evitar que los pacientes contraigan enfermedades y, en última instancia, ese es nuestro objetivo”, dijo la Dra. Goff.
Ella enfatizó que la RAM no es un problema individual. Cuando una persona usa antimicrobianos, la evolución de gérmenes resistentes que pueden transmitir genes de resistencia a otros gérmenes continúa. Eventualmente, estos gérmenes pueden propagarse a la población humana. “Realmente es un problema social”, dijo la Dra. Goff.
Antibióticos — medicamentos, tales como la penicilina y la tetraciclina, que tratan infecciones bacterianas al retardar el crecimiento de las bacterias o al matarlas.Antimicóticos — medicamentos, tales como fluconazol, que trata infecciones micóticas al retardar el crecimiento de los hongos o al matarlos.Antivirales — medicamentos, tales como aciclovir, que tratan las infecciones virales al matar el virus o al evitar que se reproduzca.Antiparasitarios — medicamentos, tales como la ivermectina, que tratan las infecciones parasitarias al retardar el crecimiento de los parásitos o al matarlos.Antimicrobiales — medicamentos tales como antibióticos, antimicóticos, antivirales y antiparasitarios que matan o retardan el crecimiento de microorganismosResistencia antibiótica — cuando las bacterias cambian en respuesta al uso de antibióticos y ya no responden al medicamentoResistencia antimicrobiana — cuando los microorganismos tales como bacterias, virus, hongos o parásitos cambian como respuesta al uso de antimicrobianos y ya no responden al medicamentoInfección resistente a antibióticos — cuando alguien está infectado con bacterias resistentes a los antibióticos. Este tipo de infección puede tratarse con otro tipo de antibiótico o puede que no responda a ningún antibiótico.
Este recurso fue preparado con la asistencia de Pfizer Inc.